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El triunfo del trabajo silencioso

La rueda de prensa de Pablo Alfaro posterior a la gran victoria en Algeciras comenzó con unas palabras muy elocuentes: “Estoy muy contento por el resultado, por la afición desplazada y, de corazón, por la trascendencia y la importancia de jugadores que no tienen los minutos que merecen, que no tienen la oportunidad, pero que hoy han hecho un trabajo excelente para que el equipo sea más sólido y sacar adelante un partido complicado. Es un premio justo para los que trabajan los lunes apretando los dientes para ponerme las cosas difíciles para el siguiente partido”. 

El míster, incluso, puso nombres en esta sentida dedicatoria. Jon Ceberio, Juanmi Callejón, Rubén del Campo y Bicho ejemplifican el trabajo diario y silencioso que pocas veces se ve pero que es vital para el buen desempeño de la plantilla. Una de las frases más repetidas en el mundo del fútbol es que los que no suelen jugar son los responsables de que los más habituales no se relajen y se acomoden en sus puestos. Una sana competencia interna da puntos y, en Algeciras, se vio a la perfección. 

Y es que Jon Ceberio y Juanmi Callejón saltaban a la palestra reemplazando a los sancionados Gabri Martínez y Jonathan Biabiany. En un derbi provincial, en un duelo directo por la permanencia y a domicilio, el centrocampista donostiarra y el atacante motrileño cuajaron una gran actuación siguiendo a la perfección el plan trazado por el cuerpo técnico.  

Ceberio, que no era titular precisamente desde el partido contra el Algeciras CF en la primera vuelta, fue el apoyo perfecto para el doble pivote habitual de los azulinos (Dani Molina y David Ramos). Siempre bien posicionado, realizó coberturas y ofreció constantes opciones para conservar la pelota en momentos de presión y demostró un gran despliegue físico saltando a entorpecer la salida de balón albirroja.

Sin ir más lejos, una intensa presión del guipuzcoano al guardameta Rubén Miño originó el saque de esquina que acabó convirtiéndose en el único gol del encuentro. Un tanto que anotó con un soberbio derechazo desde el pico del área Juanmi Callejón, principal protagonista del encuentro al clavar un derechazo al palo largo en la escuadra de Rubén Miño y convertir así uno de los mejores goles de la jornada e incluso de la temporada. 

El motrileño, una de las principales bazas ofensivas del equipo la temporada pasada y uno de los capitanes de la primera plantilla, está gozando este curso de menos minutos. No obstante, en su vuelta a la titularidad, Callejón fue diferencial por su experiencia y calidad técnica, además de demostrar compromiso y sacrificio a la hora de defender las subidas por banda del lateral Carlos Albarrán. 

En la segunda mitad, cuando el esfuerzo físico comenzaba a pasar factura, Rubén del Campo, que entró en el 78’, se adaptó al costado izquierdo del terreno de juego para dotar de mayor profundidad al equipo, que acabó con el suizo y con Ilyas en las bandas. Además ganó varios duelos individuales en defensa con su marca demostrando la implicación de la plantilla en un partido trascendental. Algo similar ocurrió con Rafa Páez, que abortó varios acercamientos del Algeciras imponiéndose en balones aéreos cuando el partido agonizaba.

En definitiva, fue una victoria de un valor incalculable, una demostración de que la plantilla azulina sabe sobreponerse a las adversidades propias del final de curso (lesiones y sanciones) y sabe adaptarse a la situación para realizar un partido muy sólido en un momento clave de la temporada. 

La fiesta improvisada al final del encuentro, con el propio Juanmi Callejón iniciando cánticos hacia los aficionados desplazados al Nuevo Mirador estaba más que justificada. Con 39 puntos, el San Fernando da un paso de gigante hacia la salvación. Es el triunfo del trabajo silencioso de toda la plantilla independientemente de los minutos disputados.

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